Era una tarde otoñal. De aquellas de las que se necesita arrebujarse entre una acolchada manta. De aquellas en las que agrada agarrar un libro y no soltarlo. De aquellas en las que se mira a través del ventanal para ver la lluvia caer. De aquellas en las que agradaría pasear por un paisaje de bellos tonos amarillentos y marrones. De aquellas en las que encantaría pisar sobre las hojas y sentir al crujir de éstas. De aquellas en las que la melancolía se apodera de uno mismo. Era tan solo una tarde otoñal.
Suscríbete a mi canal de Youtube si deseas disfrutar de mi contenido.